Ponerse «en juego» en la clínica con niños…

Ponerse «en juego» en la clínica con niños…

Publicado por Lic. Mariana Alba Monichón

Abordar la clínica con niños es un desafío profesional. Hay que ponerse en “juego”.
Los niños también sufren y su mundo interno, sus fantasías, sus deseos e impulsos muchas veces se ven desbordados y expresado como síntomas
La mayoría de las consultas se producen a partir de que un niño es “traído “al consultorio, a partir de que los padres, y / o maestros denotan “su “malestar. Hay un motivo de consulta de los padres, y / o de un tercero, pero es con el niño con quien se generará o no, una demanda en transferencia.

Lacan decía que el síntoma del niño responde a aquello que emerge como síntoma en la estructura familiar, entonces, como pensar al niño , partiendo de esta concepción y del atravesamiento de una historia que lo precede….historia que es contada por sus padres, que también ponen en juego en esa consulta, sus propios miedos, deseos e ideales.

Cada caso es único y particular, cada uno esta diagramado por la construcción de una historia familiar donde confluyen mitos, creencias, versiones y pactos.
Desde el lugar de analista, podremos acompañar, sostener y orientar a éstos padres, intentando no quedar atrapados solo en lo que se dice de él…. “es hiperactivo” “no aprende “le cuesta separarse”, disponiéndonos a mirar y escuchar mas allá , a lo que emerge, a eso que se dice y lo que no se dice, intentando muchas veces discriminar, de quien es la demanda.¿ del chico?¿ de los padres? ¿De la institución?

Será entonces a partir de abrirle un espacio al juego, al dibujo, a las palabras, a los silencios y escrituras- en transferencia – que podremos conocer sobre aquellas pulsiones, fantasías, y pensamientos que se juegan en torno a una conflictiva que muchas veces se torna insostenible inhibiendo el desarrollo de ese niño.
De esos modos de “decir”, de esos modos de comunicar, nos serviremos en el análisis con niños.
El niño que juega se experimenta y se construye a través del juego.
El niño juega porque le da placer, porque domina y expresa su agresividad, porque mitiga la angustia y el miedo, porque integra la actividad física y mental.
Esta representación le permitirá expresar sus vivencias mas profundas, le ayudará a conocer su cuerpo, le permitirá crear una forma de imitar la realidad, nos mostrará su visión del mundo, su creatividad y su forma de reaccionar frente a las situaciones adversas.
El juego se presentará también como una sustitución, con tendencia a ir elaborando aquello que insiste como traumático o conflictivo. Este mundo del “como sí” será obra y creación que le permitirá ir organizando una y mil formas de presentificar y sustituir la angustia.

Según Winnicott “…La Psicoterapia se da en la superposición de dos zonas de juego: la del paciente y la del terapeuta. Está relacionada con dos personas que juegan juntas. El corolario de ello es que cuando el juego no es posible, la labor del terapeuta se orienta a llevar al paciente, de un estado en que no puede jugar a uno en que le es posible hacerlo”

Será a partir de posibilitar un lugar al juego, y poniéndonos “ en juego” que intentaremos armar y desarmar una historia que permita ir diferenciando y tramitando aquello que se refiere al conflicto infantil, produciendo un acotamiento del goce, y generando un nuevo lugar al deseo.